miércoles, 31 de octubre de 2012

LA BANDA DE LA TENAZA - Edward Abbey

Primera edición en inglés en 1975.
Ilustraciones de Robert Crumb. 
Editado en castellano por Berenice.
Traducción de Juan Bonilla y Teresa Lanero. 
472 páginas.

Sinopsis.

Un ex-boina verde adicto a la cerveza; un cirujano pirómano y su asistenta: una exiliada del Bronx; y un mormón polígamo que trabaja como guía para los turistas del Rio Colorado, deciden pasar a la acción. Su enemigo: todo aquello que consideran que está destruyendo el desierto de Utah y Arizona.

Comentario del libro. 

Confieso que este libro (del cual no tenía la más mínima noticia de su existencia hasta que comenzó la promoción de su edición en España) me produjo cierta desconfianza. Soy un irreductible fan de Robert Crumb, pero el hecho de que se le diera más bombo al ilustrador que al propio autor de la novela me hizo sospechar que quizás no fuera, después de todo, una obra especialmente destacable. No obstante, la realidad es que  una vez leído el libro la participación de Crumb se queda practicamente en una anécdota. Sus dibujos se agradecen, como no, pero quedan eclipsados por las palabras que dan vida a esta fabulosa novela que es La banda de la tenaza.
 
Antes de decidirme a adquirirla había leído algunas críticas, pero especialmente una me llamó la atención: la de Jordi Costa publicada en Junio en El País. Entre otras cosas dice que la novela le parece "muy 15-M", (por eso de las protestas y la desobediencia civil sin violencia). También en otra crítica (picar para ver) leída en internet se señalaba que la obra sirvió (por lo de "monkeywrenching", un juego de palabras que remite al título en su edición original) para designar "cualquier acción de resistencia y boicot no violento". Cuando terminé La banda de la tenaza no podía estar menos de acuerdo con estas consideraciones, porque esta novela está repleta de violencia y es perfectamente explícita, violencia incluso practicada con verdadero placer y alevosía por parte de unos personajes que en ningún momento se justifican o esconden tras sermones de doble rasero. Quizás el hecho de que no haya víctimas podría rebajar para algunos la intensidad de esta violencia, pero ese no es el caso, el objetivo son las máquinas, las construcciones y, aun más allá, la estructura económica e ideológica que los necesita para permanecer a toda costa, incluso la de arrasar con el medio-ambiente, pero si destruir una presa, aniquilar un puente o calcinar maquinaria pesada no es practicar la violencia entonces es que me estoy perdiendo algo.

Como ya habrán deducido los lectores estamos ante una novela con tintes muy políticos, pero lejos de ser un panfleto de ecologismo radical lleno de consignas Edward Abbey logra preparar un potente aunque fácil de digerir brebaje que no se deja fuera ingredientes como el fino humor o la ironía, el amor (eso si, un tipo de amor muy poco burgués) y una acción trepidante que llega a veces a los extremos de los dibujos animados de la Warner. 

En el centro de la trama está la intensiva explotación y consiguiente destrucción del desierto de Utah y Arizona por parte de diferentes constructoras, petroleras, industrias de la minería, etc. hecho que no es precisamente ficticio. Sus protagonistas, cuatro parias de la sociedad norteamericana que han cruzado la linea de la legalidad con tal de defender la tierra de la que se consideran parte integrante. Y por encima de todo eso está el canto permanente a la belleza del desierto, el verdadero protagonista de la novela. Sus mesetas inhóspitas, sus cañones profundos y laberínticos, sus atardeceres lunares, la presencia discreta y decadente de los indios supervivientes abocados a la marginalidad y la miseria, ese es el escenario por el que los personajes se mueven y han decidido protejer de todas las maneras posibles. 


Y creo que precisamente uno de los principales alicientes de esta novela es su gran capacidad para describir el desierto, porque si la obra es totalmente efectiva se debe a que logra hacer convincente la pasión de los protagonistas por ese entorno que queda perfectamente definido. Por ello, más allá de un articulado discurso anti-capitalista o anti-industrial, que hasta cierto punto lo hay, La banda de la tenaza atesora sobretodo una capacidad para hacernos sentir esa catástrofe silenciosa que ocurre apartada de las grandes urbes, pero que irónicamente refleja en bruto la misma destrucción que ocurre allí donde solo hay ruido, caos y confusión.

Si esta novela ha logrado ser un éxito y sobrepasar la frontera del Underground quizás es porque encarna un sentimiento que cada vez aflora más, la sensación de que este es un mundo tomado por la megamáquina, sin lugares dejados a un margen, y por tanto sin lugares a los que poder escapar. En ese sentido La banda de la tenaza cumple su cometido de denuncia, aunque también de profecía, puesto que la novela fue publicada a mediados de los 70. ¿Acaso las cosas están mejor hoy que en esa época?

En suma, un libro con mensaje, pero que no por ello deja de ofrecer una lectura absorventemente entretenida.  

Recomendable sin reserva alguna.


Reseña de Antonio Ramírez 

martes, 30 de octubre de 2012

LUMINOSO - Greg Egan

Primera edición en inglés en 1998.
Editado en castellano por Bibliópolis.
Traducción de Carlos Pavón.
288 páginas.

Comentario del libro.

Greg Egan tiene fama de ser un autor relativamente difícil, siendo una especie de estandarte para los fanáticos actuales de la ciencia-ficción dura. Pero lo cierto es que dejando a un lado algunos de sus escritos que son verdaderamente acertijos conceptuales, la mayoría de sus obras, especialmente los relatos, no son tan herméticos como podría creerse. De hecho considero que Egan no es un escritor "hard" en el sentido más clásico de esa definición. Es evidente que sus relatos están sembrados de consideraciones científicas, de sesudas especulaciones que abarcan las matemáticas, la física, la biología o la sociología, pero el resultado de estas elucubraciones de apariencia tan científica suelen derivar en conclusiones que caen por su peso en el lado de la filosofía, de las emociones, de la subjetividad o directamente de la imaginación. Mal que pese a algunos Egan es algo así como un Philip K. Dick ultra-racionalista, si tal combinación puede ser posible. Que duda cabe que muchas de esas ideas que se plantean en sus historias comienzan estimulando el intelecto en su aspecto más racional, pero casi siempre terminan convirtiéndose en fascinantes vuelos de lo imaginario hasta cotas donde lo racional ya tiene poco que decir. No es raro que muchas de sus proposiciones argumentales terminen entrando incluso en el campo de un misticismo bastardo, donde el sentido de lo maravilloso, la intución de otro mundo quizás no sobrenatural pero si invisible y misterioso, se combina con el puro materialismo del campo de la física y las matemáticas.
Luminoso es un buen ejemplo de lo que estoy comentando. Esta recopilación de diez relatos escritos entre 1993 y 1998 nos ofrece suficientes muestras de un autor dividido entre lo puramente racional y el vértigo de la imaginación, pero sobretodo, para nuestra satisfacción, nos ofrece un escritor en estado de gracia, pues estos relatos no desmerecen ni un ápice en calidad en comparación con sus otras antologías Axiomático y Oceánico. Si bien Egan ha demostrado ser algo más irregular en sus novelas parece que en el formato de cuento es casi infalible.
De los diez relatos que componen este volumen solo uno, el último, me ha resultado poco accesible. Es evidente que Egan es un autor siempre exigente con sus lectores, pero admito que La inmersion de Plank, el cuento que cierra Luminoso, ha superado mi capacidad de comprensión o quizás de concentración, no lo se, pero el hecho es que me he perdido entre sus conceptos. Pero dejando a un lado esta excepción, he disfrutado el libro muchísimo.
Mi principal crítica a Egan suele ser que sus personajes son excesivamente planos, y sobretodo que sus tramas suelen ser meros esqueletos argumentales para mostrarnos lo que tiene en mente, una excusa literaria para soltarnos una serie de ideas conectadas entre si. Estas consideraciones vienen después de leer sus relatos, ya en frío, pero lo cierto es que la sensación de su lectura no es esa, sino de estar disfrutando algo verdaderamente trabajado y redondo, como un fogonazo de genialidad concretado en un relato fascinante. Así pues, poco importa en realidad que los personajes sean a veces endebles marionetas de la portentosa mente de Egan, ante tal despliege de talento se perdona todo.

Comentario de los relatos.

.- Briznas de paja: En un contexto de radical manipulación genética de los ecosistemas nos encontramos una trama que combina el género de espionaje con el ciberpunk. Es un buen relato para abrir boca.
.- Eva mitocondrial: Partiendo de interesantes ideas sobre el origen y las geneologías de las especies Egan despliega todo un discurso crítico contra el racismo y el determinismo biológico.
.- Luminoso: Fascinante historia en torno a la naturaleza de las matemáticas y su relación con el fundamento del universo. También es un ejemplo magnífico y absolutamente original del tema de contacto con otra especie inteligente... aunque no necesariamente extraterrestre.
.- Señor Volición: Creo que es mi relato favorito. Una potente especulación sobre la neurología, la identidad personal y el libre albedrío. Además es visualmente maravilloso.
.- Crisálida: Excelente cuento con estructura detestivesca. Toda una excusa para plantear memorables proposiciones en torno a la descriminación de la homosexualidad, la manipulación genética e incluso críticas a la industria farmacológica.
.- Sueños de transición: quizás el relato más dickidiano del volumen. La memoria, los falsos recuerdos, la muerte... Otro de los mejores cuentos que Luminoso.
.- Fuego plateado: Una historia que por alguna razón me recordó al Clive Barker de la buena época. Ciencia-ficción y un cierto halo de terror mezclados para nuestro deleite.
.- Motivos para ser feliz: Otro tremendo cuento, muy bueno y ambicioso en sus planteamientos. Un cuestionamiento sin cortapisas de ningún tipo de nuestra autonomía emocional respecto a nuestra naturaleza corporal.
.- Nuestra Señora de Chernóbil: Otro relato de regusto de serie negra alrededor de la búsqueda de un objeto muy peculiar.
.- La Inmersión de Planck: La historia más difícl de este libro, o al menos así ha sido para mi. Inteligencia artificial y mundos virtuales abordados de una manera nada complaciente con el lector. Un reto conceptual.


Reseña de Antonio Ramírez

lunes, 29 de octubre de 2012

LA AFIRMACIÓN - Christopher Priest

Primera edición en inglés en 1981.
Editado en castellano por Editorial Minotauro.
Traducción de Matilde Horne.
296 páginas.

Sinopsis.

El joven Peter Sinclair se retira a una casa de campo. Acaba de perderlo casi todo: su padre, su novia, el trabajo y la vivienda. Su único recurso para recuperar el equilibrio es la escritura, así que emprende la redacción de una autobiografía.
La historia de su vida irá adornándose y cobrando autonomía hasta descubrirse el protagonista cautivo de su propia ficción, naúfrago entre dos identidades paralelas y excluyentes.

Comentario del libro.

Este es el primer libro que leo de Priest y el resultado ha sido más que positivo. Se trata de una novela que sin ser de difícil lectura no deja de ser todo un experimento literario. De ritmo pausado y con una trama inmersa en la introspección no puede decirse que sea un libro de mucha acción. Para los puristas del género habría que avisar que tampoco puede calificarse plenamente como ciencia-ficción. Quien busque especulaciones científicas, artefactos maravillosos, descripciones de civilizaciones alienígenas o simplemente una aventura espacial (o del tipo que sea) puede llevarse un buen chasco.

Priest se imbrica con esta novela en la tradición no excesivamente transitada de una ciencia-ficción que busca explorar la naturaleza de lo real. Sin duda el autor estandarte de esta tradición es Philip K. Dick, pero a diferencia de éste, Priest no tiende tanto a crear tramas y personajes que escenifiquen ciertas cuestiones filosóficas o éticas en torno lo real como a usar y desmenuzar las herramientas del lenguaje o los precedimientos literarios para mostrar las paradojas existenciales de sus personajes. El hecho de que sea la literatura y sus resortes la plataforma para esta exploración de lo real hace que Priest no esté tan cerca de Dick como puede estarlo de un Borges.

Así pues, La afirmación es una enigmática novela plagada de recobecos semióticos, es una lectura laberíntica que plantea cuestionamientos en torno a la memoria, la imaginación, la locura, la noción de la muerte y muy especialmente sobre la cuestión de la identidad personal, pero igualmente es una novela que suscita interrogantes en torno a si misma como artefacto literario.

Si bien debo señalar que la trama me resultó algo sosa e incluso podría calificarla como melodramática, hay que admitir que es perfecta para lo que el autor se propone (o yo he creido entender que se propone). No obstante, esta trama sencilla en apariencia está surcada por cantidad de direcciones argumentales que pueden interpretarse de varias maneras debido a las diferentes pistas y puntos de viraje que el autor ha sembrado a lo largo del libro, aunque siempre desembocando en un punto final de una intensidad brutal que aun siendo abierto no deja de apuntalar el sentido total de la novela.

Por lo tanto, hay que insistir en que La afirmación es realmente recomendable por muchas razones, comenzado por la originalidad de su planteamiento, también por lograr ser una novela experimental sin resultar excesivamente oscura y hermética o sin caer en el mero esteticismo que suele asociarse con la experimentación en lo literario. Su lectura, lejos de complacer el gusto estético o al mero ansia de evasión, suscita un pertubador estado de ánimo propenso al cuestionamiento de los mecanismos psicológicos y sensitivos que configuran la realidad inmediata, y a la vez remueve y neutraliza aquellos resortes que nos convierten en lectores acomodados en la idea de que el libro que tenemos entre las manos debe llevarnos por caminos seguros.

 
Una teoría en torno al sentido de La afirmación (no recomendado para quien no haya leido el libro).

A lo largo del libro el autor va dejando pistas claras de que lo que estamos leyendo es el propio manuscrito de Sinclair, pero a la vez me gusta ampliar esa idea porque Priest permite otras interpretaciones. En un momento dado, Gracia, el personaje femenino que en la pseudo-autobiografía se desdobla en Seri, le dice a Sinclair que el manuscrito está en blanco, algo que significativamente a Sinclair no le sorprende. Esto puede ser una forma de decirnos a los lectores que nunca ha existido el manuscrito en forma física, de dejarnos caer que es una creación interior, como era la visión de la habitación blanca donde Sinclair escribía, por lo tanto pienso que la novela puede ser interpretada como la descripción de una especie de monólogo interior muy elaborado de alguien que se dirige a la locura y que de hecho termina en la desorientación total. La fábula del renacimiento como Atanasio, el viaje al archipielago, las dobles de Gracia, etc, me hacen pensar que el manuscrito (la novela entera) es en si mismo la consciencia y la imaginación de Peter Sinclair intentando recrearse a si misma mediante el engaño para huir de un hecho que aborrece: la muerte de Gracia a causa de su abandono. De ahí que no pueda haber un final en si mismo, solo la desintegración paulatina de la identidad y el fin de la percepción de la realidad como algo coherente.

Me explico,

- si aceptamos que la novela es el manuscrito (inacabado) entonces estamos diciendo que en el manuscrito se describe hechos (reales o no) pasados y futuros, porque en el manuscrito usado en la clínica estaría toda la historia incluyendo la propia clínica, y así hasta el infinito.

- o bien la novela se divide en el manuscrito de Sinclair usado en la clínica y un resto de historia al margen del manuscrito que es narrada por el autor (Priest), por lo tanto ese final inacabado no es el del manuscrito, sino el final de la propia novela.

- o bien ambas cosas se mezclan sin una frontera clara, manuscrito e historia del personaje forman un todo. Esta me parece la mejor opción y pienso que es lo que causa la substancia pretendidamente confusa del libro y la que me hace pensar en un delirante monólogo interior. Priest deja la pista de que el manuscrito está en blanco, que no hay tal manuscrito objetivamente sino solo en la imaginación de Sinclair, además deja claro que Sinclair vaga por la ciudad confundiendo Londres y Jethra, viviendo en ambos sitios incluso a la vez, trayendo a Seri a Londres en forma de visión (como cuando el camarero le ve hablando solo en el café). 

Por lo tanto, me gusta ver el manuscrito (y la novela en su totalidad) como algo simbólico para Sinclair, es la vida y la memoria de Sinclair que él cree poder reescribir a voluntad, aunque la razón se rebele en ciertos momentos desde su propio deliro, como cuando Seri le dice que Gracia está muerta, o cuando la propia visión de Gracia (muerta en la vida real) le dice que el manuscrito no existe. Toda la fantasía de la clínica sobre la reescritura de la memoria y sobre la muerte también apunta a la huida de Sinclair de la muerte de Gracia. Quizás (por poner una teoría más) la clínica sea una pista de que Sinclair está interno y bajo los cuidados de médicos y psiquiatras.

Sin duda esta interpretación de un monólogo interior es quizás más literal y realista que otras que podamos realizar, ya que elimina mucho las paradojas que surgirían si concebimos la novela como el manuscrito físico en si mismo. No obstante, las paradojas, siendo muy interesantes e intelectualmente estimulantes, tienen el "peligro" de desvelar excesivamente al lector absorvido por la trama lo meramente literario del asunto, lo cual no es que sea malo de hecho, solo es una forma más de las que esta novela podría ser disfrutada. En todo caso es mi propia interpretación, seguramente otros lectores hayan llegado a ideas muy diferentes.

Reseña por Antonio Ramírez